domingo, 30 de agosto de 2015

ISIDORO A. GÓMEZ MONTENEGRO



Atardecer

¿Qué hacer a mitad del laberinto
en medio de la lluvia?
Piso su humedad…
Será el deseo de ahogarme
en la embriaguez del torrente
en espacio caprichoso.
Río indiferente a mi presencia,
crepúsculo de artificioso tiempo,
aves extraídas de falaz egolatría.
Sombra en agua
perfil de un cuerpo,
fragilidad cuajada de tersura.
Compás del cielo,
espíritu libre.
Amor inalcanzable
bañado con apasionado beso.
Sol asoma al amanecer diamantino.
La luz no perece instantáneamente:
nos arrebata, también las horas.
Las aves se arrojan suicidas
en pertinaz vuelo vespertino.
Deslizan incertidumbre
en derroche brutal de ilusiones palaciegas.
Mágico horizonte espera en lóbrega tarde.
Pequeñas liberando paradigmas.
Vida colorida, alegre y triste.
Se irá envuelta en hojas secas o
sombra de cantos quietos.
Horas de páramo desierto
se sumergen en mis ojos, al abrir la puerta,
siento la humedad.
Continua humedad de lluvia de la bóveda celeste.
Hilo de luz fue mi esperanza; de
trastocar el mundo con mi palabra.
Aves, tocaron mis dedos sus epitafios ciegos.


El tiempo

Surgen dos pilares del tiempo
sostenido por arcángeles.
Trasciende el tiempo,
trastoca la vida,
del agua naciente…
se transfigura.
Imagen que enamora,
osamentas de lirios y jazmines
van a cargar, a seres descalzos,
pies de sangre, brota de los dedos.
Incienso fluye del copal
esparce aroma de amor.
Tu cuerpo se transfigura
surgen filiformes
palabras de colores.
Vaivén de sosegada espera.
La lluvia cae en este tiempo
humedece el alba.
No apaga la llama del recuerdo,
el tuyo, plagado de caricias.
Debajo de los pilares del tiempo
Se deshojan las horas…
Trascendemos juntos.

País: México 


No hay comentarios:

Publicar un comentario